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Decrecimiento: sectores a fomentar, sectores a disminuir

Para la puesta en práctica del Decrecimeinto se hace necesario abordar y tratar los sectores que deben fomentarse pero también, aquellos que deben limitarse enormemente e incluso desaparecer, pero esto no puede hacerse sin pensar en las personas asalariadas que dependen de estos sectores. Es necesario una planificación y transición que haga paulatina la transformación del modelo, de lo contrario, los primeros en sufrir las consecuencias serán aquellas personas que por su estatus socio-económico se queden sin alternativas reales; y esto sí que va en contra de la corriente de actuación que apoya y avala el Decrecimiento.

Es interesante reproducir aquí el cuadro de perspectivas por sectores realizado por Jean Gadrey, Florent Marcellesi y Borja Barragué en su libro Adiós al Crecimiento. Vivir bien en un mundo solidario y sostenible (2010). Dicho cuadro demuestra que sí hay alternativas factibles para hacer las cosas de otra manera.

Sectores

Objetivos

Tendencias del empleo de aquí a 2050

Agricultura, silvicultura, ganadería y pesca

Fuerte desarrollo de la agroecología. Explotación sostenible de los bosques y de la biomasa.

Ganadería y pesca sostenible y artesanal

Alza global en la agricultura y la silvicultura, con determinadas ramas a la baja (como el monocultivo).

Baja en la ganadería y la pesca

Industria básica

Fuerte reducción de los volúmenes de materias y de emisiones. Decrecimiento de actividades no éticas como el sector armamentístico.

Relocalización parcial, prima a las pequeñas medianas empresas de cercanía. Crecimiento de nuevos sectores (innovaciones de sostenibilidad)

Reducción del empleo frenado por una limitación del productivismo y por el aumento de la sostenibilidad. Reconversiones parciales.

Energía

Evolución hacia las energías renovables. Fijación social de tarifas. Hacia una sociedad (casi) sin petróleo. Sobriedad y eficiencia energéticas

Alza en el sector renovable y en los que contribuyen a los ahorros de energía.

Baja en petróleo, carbón, nuclear.

Construcción

Urbanismo sostenible, rehabilitación, ciudades lentas y frugales

Alza (rehabilitación ante todo)

Transporte

Decrecimiento de los transportes emisores de GEI y de sus infraestructuras asociadas. Se cuestiona la velocidad. Reflexiones sobre los inductores de transporte

Baja, excepto en transportes limpios y los colectivos más ecológicos

Comercio

Prioridad a un comercio de cercanía, vinculado a su vez a productores locales

Probable alza, distribución menos concentrada

Reparación, reciclaje

Actividades de punta. Una parte contribuiría a las reconversiones industriales

Probable alza, distribución menos concentrada

Alquiler de equipos y vehículos

Permitir una distribución ecológica del uso y propiedad compartida

Alza

Artesanía

Papel importante: reparación, mantenimiento, reciclaje

Alza

Correos

Reducción de las emisiones y los flujos. Incidencias en las ventas a distancia. Prima al correo electrónico

Reducción neta ya iniciada, pero sobre una base productivista

Telecomunicación, informática

Reducción de la huella ecológica (materiales, emisiones) de las terminales y de las redes

Ralentización del alza en los países enriquecidos, progresión en otros sitios

Bancos, seguros, inmobiliarias

Las crisis inducirán formas de regulación y control público.

Auge de la banca ética y establecimientos de cercanía. Monedas locales

Baja global en un sector cuyo poder es excesivo. Alzas localizadas en sectores como las finanzas éticas y las monedas locales

Servicios a la empresa

Servicios operacionales (limpieza, seguridad…), objetivos ecológicos y sociales. Servicios intelectuales: menos desplazamientos de personas, consejos sobre sostenibilidad

Alza para los servicios de cercanía, baja de la publicidad, del marketing y de los consejos financieros

Hostelería, restauración, turismo

Sector afectado por la crisis del transporte a larga distancia. Pero hermoso futuro para los establecimientos de ocio y servicios locales.

Baja para el turismo “de masas y largas distancias”. Alza en otros sitios

Servicios a la infancia y a las personas mayores

Pasar a soluciones universales en condiciones ecológicas, reflexiones sobre las ventajas e inconvenientes de las soluciones a domicilio o fuera de éste

Alza neta que moviliza financiaciones públicas o mixtas

Administraciones locales

Fundamentales. Retorno a la empresa pública de los servicios subcontratados al sector privado en condiciones insatisfactorias

Alza

Administraciones estatales

Descentralización, normas de calidad social y ecológica. Salud y educación: debate sobre los excesos de la carrera por los diplomas y de la dotación de megainfraestructura sanitaria. Pero exigencias de igualdad y derechos universales. Lo mismo se aplica a la justicia

Redistribución desde lo estatal hacia lo local. De forma global la parte del público debería progresar. Aumento de la parte de las inversiones educativas y sanitarias en el PIB y del empleo en este sector.

Recursos utilizados:

Gadrey, J., Marcellesi, F., y Barragué, B. (2010) Adiós al Crecimiento. Vivir bien en un mundo solidario y sostenible. El Viejo Topo

 

 

Decrecimiento: trabajos y tiempos

El Decrecimiento como cuestión de trabajo (no de empleo) y como cuestión de tiempo (no de reloj):

El trabajo es un concepto polisémico que muchas veces se tiende a equiparar con el empleo, el cual produce riqueza al ser mensurable y poder, por ello, intercambiarse en el mercado tal y como si fuese una mercancía. Este tipo de trabajo (empleo) está íntimamente relacionado con el poder adquisitivo de la persona; es lo que le permite producir y por lo tanto consumir (la persona que no trabaja no consume y quien no consume no crea empleo según nuestro actual modelo de desarrollo). No obstante, no todo el trabajo que se realiza se considera empleo, ya que no todo el trabajo que se realiza es remunerado; todo lo cual significa que se visualiza en la sociedad un tipo de trabajo (el productivo/asalariado) y se invisibiliza otro (el reproductivo/no remunerado).

Según Matxalen Legarret debería considerarse trabajo todo aquello que se ha de hacer para garantizar la sostenibilidad de la vida. Esta autora recuerda que el trabajo tiene una dimensión objetiva ligada a la vida material (supervivencia) y una dimensión subjetiva ligada al sentido que le damos a nuestra existencia en función de nuestra actividad. Al estar tan estrechamente unidas ambas dimensiones el trabajo no puede más que considerarse como un proceso continuo donde empleo y cuidados se interrelacionan; no siendo uno superior al otro por la necesidad y complementariedad de ambos. Las estrategias que desde el feminismo se aportan son fundamentalmente tres: 1) revisión del concepto de trabajo; 2) reconceptualización del mismo (considerando la carga global de trabajo remunerado y no remunerado y revalorización del trabajo doméstico y de cuidados); y 3) medición (del trabajo y el tiempo no remunerado para así visualizarlo como es debido). Está comprobado que de media las mujeres trabajan 2 horas más que los hombres al día; pues la mayoría de las veces son ellas las que dedican gran parte de su tiempo no remunerado al trabajo considerado no-productivo, es decir, al trabajo doméstico y de cuidados. Todo lo cual provoca que su tiempo de ocio y disfrute se vea fuertemente reducido por el cumplimiento de su jornada laboral (trabajo productivo) y su jornada doméstica (trabajo reproductivo).

El tiempo, en sí mismo, tiende a considerarse en función del tiempo industrial, es decir, por los horarios que impone un reloj. Matxalen Legarret apunta que el tiempo es una cuestión política, pues la sociedad ha pasado a organizarse en función del mismo, más concretamente del tiempo del trabajo productivista o trabajo asalariado. No obstante, el tiempo no es meramente horario laboral, pues hay que considerar: 1) el tiempo en el arco de la vida, es decir, el tiempo como cuerpo (el mercado actualmente se coloca en el centro de la vida sin considerar si quiera el momento reproductivo); 2) el tiempo en el trabajo, es decir, el tiempo como recurso que va más allá del empleo y que engloba todo el trabajo no remunerado; 3) el tiempo en la naturaleza, el biorritmo de los ecosistemas; 4) el tiempo social; y 5) el tiempo en la ciudad, es decir, el tiempo marco donde el urbanismo define el tiempo y el espacio.

Para cambiar el modo de concebir el tiempo y lo que es trabajo, y superar de una vez por todas el binomio estúpido entre trabajo productivo/trabajo reproductivo y así desplazar las leyes del mercado y crecimiento económico en la definición de trabajo, es necesario organizarnos colectivamente. Para ello, Florent Marcellesi propone los siguientes tres puntos: 1) Redistribución del tiempo de trabajo mediante decisión colectiva; 2) Establecimiento de una jerarquía de los trabajos entre deseables y no deseables en función de que sean socialmente y ecológicamente perjudiciales para la sostenibilidad de la vida; y 3) Distribución y redistribución de la renta (establecimiento de una renta máxima y de una renta mínima) y de la jornada laboral (reducción de la jornada laboral a 21 horas).

¿21 horas, por qué?

«Una semana laboral “normal” de 21 horas podría ayudar a abordar una serie de problemas urgentes e interrelacionados: exceso de trabajo, desempleo, consumo excesivo, altas emisiones de carbono, bajo bienestar, desigualdades consolidadas, así como la falta de tiempo para vivir de una forma sostenible, preocuparse por los demás, y simplemente disfrutar de la vida». (nef y ecopolítica, 2012:9).

Debe advertirse que defender la reducción de la semana laboral a 21 horas no es una receta que deba llevarse a raja tabla; es una «provocación» para llevar a debate la locura ecológica de una semana laboral “normal” de 36 horas. Por otro lado, no es una medida a establecer de un día para otro, debe de ser paulatina; teniendo como objetivo el establecimiento final de 21 horas, que en ningún caso deberá imponerse de manera inmediata por los costes sociales que eso acarrearía.

La reducción de la semana laboral a 21 horas tiene tres razones fundamentales:

  1. Proteger los recursos naturales del planeta: al reducir el tiempo de trabajo productivo se estaría reduciendo la huella ecológica al disminuir la productividad y por ello el consumo de energía y materias primas. Igualmente esta reducción de la jornada laboral permitiría llevar a cabo una vida sostenible al tener más tiempo para ocuparnos de hacer las cosas de manera autónoma y sin prisas (hacer la comida, plantar, desplazarnos en transporte público, leer, hacer talleres y cursos…)

  2. Alcanzar mayor justicia social y bienestar: al reducir el tiempo de trabajo productivo se repartiría más y de forma más homogénea el trabajo entre las diferentes personas. Además, se ganaría en democracia, ya que tener más tiempo podría permitir una democracia más participativa. Esta justicia social, no obstante, no viene dada por el simple hecho de reducción de la jornada, a ella deben ir aparejadas unas condiciones laborales estables y un salario favorable para vivir. Los beneficios de la reducción de la jornada laboral se verían reflejados en: a) mayor bienestar para los desempleados y quienes tienen exceso de trabajo; b) mayor control sobre nuestro tiempo; c) un reparto más justo ente mujeres y hombres; d) un mejor reparto para padres e hijos; e) una mejor tercera edad; f) más tiempo para los cuidados sociales; g) más tiempo para ser ciudadanos activos; h) el hacer crecer la “economía vital”; i) co-producción de bienestar; y j) más tiempo para el ocio. (nef y ecopolítica 2012:62-81)

  3. Alcanzar una economía próspera sin crecimiento adaptada a las necesidades de la sociedad y del medioambiente.

¿Cuáles son los problemas que podría acarrear una reducción de la semana laboral a 21 horas? ¿Cuáles son las sugerencias para paliar o solucionar esos problemas?

Los problemas que se plantearían con esta reducción de la semana laboral serían los siguientes: «el riesgo de que la pobreza aumente al reducir el poder adquisitivo de aquellos con salarios bajos; pocos puestos de trabajo nuevos ya que la gente que tiene trabajo acepta hacer horas extras; la resistencia del empresariado debido a un aumento de costes y a una falta de aptitudes; la resistencia de los trabajadores y sindicatos debido al impacto sobre los ingresos en todos los niveles; y una oposición política» (nef y ecopolítica, 2012:13).

Las sugerencias que realiza nef (the new economics foundation) para hacer frente a estos problemas los reproducimos a continuación literalmente; son las siguientes (nef y ecopolítica, 2012:14-16):

  1. Lograr un menor número de horas de trabajo con las condiciones siguientes:

    1. Reducción gradual de las horas a lo largo de una serie de años en consonancia con los incrementos salariales anuales

    2. Un cambio en la forma en que se gestiona el trabajo para desincentivar las horas extras

    3. Una formación activa para combatir la falta de aptitudes y para conseguir que las personas que llevan mucho tiempo sin trabajar vuelvan a formar parte del mercado laboral

    4. Una gestión de los gastos del empresariado que sirva para recompensar más que para penalizar la contratación de más personal

    5. Garantizar una distribución de los ingresos más estable e igualitaria

    6. Introducir normativas para estandarizar los horarios que, al mismo tiempo, promuevan horarios flexibles adaptados a las necesidades de los empleados

    7. Mayor y mejor protección para los autónomos contra los efectos de los salarios bajos, muchas horas de trabajo e inseguridad en el trabajo.

  2. Garantizar un salario justo mediante:

    1. La distribución de los ingresos y de la riqueza por medio de mayores impuestos progresivos

    2. Un salario mínimo más elevado

    3. Una reestructuración radical de las prestaciones sociales

    4. Más y mejores servicios públicos

    5. Incentivar la actividad y el consumo no mercantilizado

  3. Mejorar las relaciones de género y la calidad de la vida familiar en base a:

    1. Unas condiciones de empleo flexible que animen a una distribución más igualitaria del trabajo no remunerado entre hombres y mujeres

    2. Un sistema universal y de alta calidad de atención y cuidado infantil que encaje con el horario del trabajo remunerado

    3. Un aumento del trabajo compartido y más límites a las horas extras

    4. Jubilación flexible

    5. Medidas más firmes que impongan la igualdad salarial y de oportunidades

    6. Más empleos para hombres relacionados con el cuidado y la enseñanza en la escuela primaria

    7. Más programas de cuidados infantil, de ocio y tiempo libre, así como de cuidado de adultos, utilizando modelos de coproducción de diseño y prestación

  4. Cambiar las normas y las expectativas sociales para alcanzar:

    1. El desarrollo de una cultura más igualitaria

    2. Una mayor concienciación del valor del trabajo no remunerado

    3. Un fuerte apoyo gubernamental para actividades no mercantilizadas

    4. Debate nacional sobre la forma en la que utilizamos, valoramos y distribuimos el trabajo y el tiempo.

    Recursos utilizados:

Reflexiones del III Encuentro de Decrecimiento y Buen Vivir (Bilbao 2013). Mesa redonda: Florent Marcellesi, Lorena Cabnal y Matxalen Legarret

Nef y Ecopolítica (2012) 21 horas. Una semana laboral más corta para prosperar en el siglo XXI. Icaria Asaco

 

 

Decrecimiento: puntos que definen su propuesta

Tenemos conciencia de que sí hay alternativas viables al modelo de desarrollo actual y hemos encontrado en la teoría del Decrecimiento una propuesta interesante a valorar en función de las características y especificidades de cada región

Entendemos el Decrecimiento como un proyecto político basado en los siguientes puntos con sus respectivas propuestas y en un últimpo punto de advertencia de lo que no es Decrecimiento:

 1. Las 9 R del Decrecimiento

Las famosas 8 R del Decrecimiento fueron planteadas por el decrecentista francés Serge Latouche. Éstas se basan en 8 principios que sería necesario atender para llevar a cabo un proceso de Decrecimiento; no obstante, han sido completadas generalmente desde los partidarios del Decrecimiento con un punto adicional correspondiente a la renta. Estas 9 R son las siguientes:

  1. Repensar o reevaluar: revisar nuestros valores, nuestros modelos de vida; visión crítica personal y colectiva sobre los valores y premisas que definen nuestra vida y la de la sociedad.

  2. Recontextualizar: revisar la forma y conceptos que utilizamos para designar; recontextualizar la realidad.

  3. Reestructurar: adecuar las estructuras económicas y productivas a los valores que permitan una vida justa y plena.

  4. Redistribuir: distribución y acceso a todas las personas de los recursos necesarios para vivir una vida digna y justa

  5. Relocalizar: sustentar en lo posible la producción y el consumo a escala local.

  6. Reducir: adaptar nuestro modelo de vida en basa a la capacidad de carga y regeneración de la bioesfera; ello significa reducir la huella ecológica.

  7. Reutilizar: reparación y conservación de bienes; tender hacia bienes durables y combatir la obsolescencia programada1.

  8. Reciclar: gestionar los residuos y reciclar en todas nuestras actividades.

  9. Renta: tender hacia el establecimiento de una Renta Básica Universal y de una Renta Máxima Universal.

  1. La Biomímesis2: “la naturaleza es sabia”, intentemos tomarla a ella como ejemplo a seguir:

Intentemos cerrar nuestro ciclo de producción: en la naturaleza no existe el concepto de basura; los ciclos están totalmente cerrados, hay armonía: una hoja cae de un árbol, se corrompe en el suelo, se convierte en abono y participa en la nutrición de ese árbol o de otro nuevo. El ser humano no cierra estos ciclos, su visión es lineal, su producción pasa de la extracción y explotación a los vertederos, donde tan sólo una mínima parte se recicla. Para imitar a la naturaleza el ser humano debería abandonar la idea de “desperdicios” para elaborar un sistema cíclico donde sus desechos formen parte de un nuevo acontecimiento.

Intentemos vivir con los recursos de los que podemos disponer sin perjudicar al resto por nuestro deseo de acumulación: ningún ecosistema crece más allá de los recursos de los que dispone; sin embargo actualmente el Norte Global necesita 3 planetas para mantener su nivel de vida. Se vive por encima de las posibilidades biofísicas del planeta, cuando un modo sostenible con el biorritmo del mundo obligaría a un descenso de los recursos y energías consumidas y a un reparto equitativo de los mismos.

Intentemos centrar la producción y el consumo en lo local: con la globalización y la deslocalización de la economía y la desterritorialización del sistema de producción ya no sabemos cuáles y cuántos Estados han tenido que participar en lo que pagamos con el dinero de nuestros bolsillos y lo que es más importante: ¿por qué manos pagadas con qué salario y bajo qué circunstancias ha sido producido aquello que vamos a adquirir?

Intentemos basar la obtención de energía en el sol: lo que significa la potenciación de las energías renovables y su consumo a un nivel básico y necesario. Es inminente el descenso drástico de la producción de petróleo.

Intentemos aprender del pasado, es decir, evolucionar sin olvidar las soluciones dadas y los errores cometidos en el pasado.

Intentemos apostar y potenciar una alta diversidad e interacción biológica y humana siendo conscientes de que el ser humano es un ser más de la naturaleza que necesita tanto o más de otros seres para sobrevivir.

Intentemos acoplar nuestra velocidad a la de los ecosistemas, pues éstos no se acostumbran a la velocidad a la que están aumentando las temperaturas

Intentemos actuar desde lo colectivo, ya que los grandes saltos evolutivos en la historia se han dado gracias a la acción colectiva, se debe a la colaboración no a la competitividad. Debemos practicar la simbiosis con el resto de seres de nuestro planeta.

Intentemos asumir nuestro carácter de seres limitados y optar siempre por el principio de precaución, ya que somos solo capaces de entender un poquito dentro de la gran complejidad. Es necesario un examen exhaustivo de las consecuencias.

  1. Decrecer no es exactamente no-crecer, hay que matizar:

«Decir “sin crecimiento” significa “sin crecimiento de las cantidades producidas”, pero autoriza un crecimiento de la calidad y de la sostenibilidad, fuentes de progresión de valores duraderos, mediante una ola de innovaciones técnicas, ecológicas y sociales». (Gadrey, Marcellesi y Barragué, 2010: 103)

«[…] el decrecimiento solo puede ser un decrecimiento de la acumulación, del capitalismo, de la explotación y la depredación. Se trata no solo de frenar la acumulación, sino de cuestionar su lógica, es decir, la del crecimiento, para revertir el proceso destructivo» (Latouche, 20011:75)

El Decrecimiento como proyecto político no es anti-crecimiento; ya que si bien propugna el no-crecer y disminuir en ciertos aspectos, también en otros avala el crecimiento.

Ello significa que:

Decrecer supone disminuir en:

  1. Producción y consumo: es necesario acabar y superar la sociedad productivista y de consumo. Consumismo es diferente a consumo; es necesario consumir, es decir, disponer de aquello que necesitamos para vivir, pero no es necesaria la compra y acumulación desaforada de bienes para buscar en ellos la satisfacción personal. El Decrecimiento opta por un consumo consciente y responsable, por lo tanto rechaza el sobreconsumo o hiperconsumo. Debe entenderse que el acto de consumir conlleva responsabilidad, pues implica la colaboración de los procesos económicos, medioambientales y sociales que hacen posible la existencia del producto que consumimos. Como muchos de los bienes que consumimos tienen como trasfondo procesos de explotación social y ecológica, se hace necesario realizar un estudio crítico de nuestros hábitos de consumo para no seguir colaborando activamente con esta situación.

  2. Velocidad de la vida: debe abandonarse la obsesión por el tiempo y la velocidad; los ciclos vitales de las personas están al servicio del capital y se quiere cada vez más y más rápido; ello provoca que el biorritmo de las personas y del planeta estén a merced de las leyes de mercado y de las necesidades de la economía; cuando debería ser ésta la que se adapte a las personas y a la vida de los ecosistemas.

  3. Distancias que recorremos y hacemos recorrer a los productos:

    • Que recorremos: hogar, trabajo, colegios/institutos, casa de familiares a los que cuidamos, etc. ¿Cuánto tiempo perdemos o desperdiciamos en desplazamientos?

    • Que hacemos recorrer a los productos que consumimos: ¿de dónde viene los productos que consumimos?, ¿pueden producirse en nuestro territorio?, ¿por qué sale más barato comprar los productos que vienen de fuera que los nuestros si éstos recorren grandes distancias?, ¿será por el dumping social?, ¿será por las subvenciones injustas?

  4. Cantidad y complejidad de la tecnología: deberá regularse y limitarse la producción científico-técnica

  5. Tamaño de nuestras agrupaciones sociales: disminuir la masificación de los espacios en los que nos relacionamos y vivimos.

  6. Nuestras horas dedicadas al trabajo productivo: para así poder dedicar tiempo a nuestras familias, amigos y a nuestros intereses (tener tiempo para el ocio y el disfrute de la vida).

Decrecer supone crecer en:

  1. Cuidados: atender a las personas para que éstas puedan vivir bien, vivir de una manera plena y justa. Se debe poner especial atención a las personas mayores, a las personas con diversidad funcional, a las personas con especiales niveles de dependencia, a la infancia, etc.

  2. Servicios públicos: se deben asegurar los servicios de salud, educación y vivienda, que son tres servicios esenciales además de tres derechos fundamentales. El desmantelamiento de los servicios públicos pone en manos del interés privado aspectos fundamentales de nuestra calidad de vida, por lo tanto, se deberá apoyar el incremento de estos servicios para mayor bienestar de las personas.

  3. Economía social y solidaria: potenciar otro tipo de economía no basada en el beneficio sino en la calidad y sostenibilidad de la vida. La economía debe estar al servicio de las personas, no las personas al servicio de la economía y a la inestabilidad de los mercados financieros.

  4. Sectores de Empleos verdes: crecer en empleos que redunden en esta idea de sostenibilidad real con el medio en el que vivimos y con las personas con las que cohabitamos en un planeta finito. Algunos de estos empleos son los apuntados por Florent Marcellesi en La transición ecológica de la economía (2013):

    1. Tratamiento y depuración de aguas residuales

    2. Gestión y tratamiento de residuos

    3. Energías renovables

    4. Gestión de zonas forestales [y costeras]

    5. Servicios ambientales a empresas

    6. Educación e información ambiental

    7. Agricultura, ganadería y pesca ecológicas

    8. Gestión de espacios naturales

    9. Empleo ambiental en la industria y los servicios

    10. Sector público

    11. I+D+i ambiental

Decrecimiento supone, pues, decrecer y crecer; aunque esto parezca confuso. Es necesario abordar y tratar los sectores que deban fomentarse pero también, aquellos que deban limitarse enormemente e incluso desaparecer, pero esto no puede hacerse sin pensar en las personas asalariadas que dependen de estos sectores. Es necesario una planificación y transición que haga paulatina la transformación del modelo, de lo contrario, los primeros en sufrir las consecuencias serán aquellas personas que por su estatus socio-económico se queden sin alternativas reales; y esto, sí que va en contra de la corriente de actuación que apoya y avala el Decrecimiento.

4. El Decrecimiento como un proceso en el que es necesario una transición planificada por todas las personas.

Las condiciones necesarias a potenciar para emprender un proceso de transición en la línea del Decrecimiento son las que Florent Marcellesi apunta en su artículo Transición ecológica de la economía (2013) y que reproducimos a continuación:

  1. «Un cambio de expectativas y de mentalidad» (Marcellesi, 2013:47-48): debe comenzar por la descolonización del imaginario y por la certeza de que otros mundos son posibles, hay alternativas viables de cambio. Para ello es necesario que colectivamente re-pensemos democráticamente el modelo social y económico que deseamos, para lo cual debemos tener en consideración: a) la capacidad de carga ecológica de la que disponemos (atención a la huella ecológica); b) las necesidades colectivas para vivir dignamente y el nivel de consumo aparejadas a ellas; y c) cómo y dónde se debe centrar la fuerza de trabajo para hacer realidad ese modelo (trabajos deseables y no deseables).

  2. «Planificación participativa» (Marcellesi, 2013:48-49): todos los actores implicados en la transformación del modelo deben participar de forma democrática a partir del dialogo y la deliberación conjunta; ello significa que deberán involucrarse, además de las personas a título individual, las instituciones públicas, los sindicatos, las organizaciones empresariales, las organizaciones no gubernamentales (ONGs), las asociaciones de consumidores, etc.

  3. «Unas políticas públicas a la altura del reto» (Marcellesi, 2013:49-50)

    1. «Liderazgo político, compartido entre las diferentes instituciones implicadas»

    2. «Un marco legislativo coherente, estable y operacional que permita las inversiones estructurales a largo plazo ecológica y socialmente deseables»

    3. «La movilización y coordinación de recursos públicos y privados para financiar la reestructuración del modelo productivo hacia la equidad y la sostenibilidad»

    4. «Una apuesta clara para las pequeñas y medianas empresas (que generan la mayor parte de los empleos) así como los autónomos, por la economía social y solidaria y un apoyo decidido a la investigación, desarrollo e innovación (I+D+i)

Según dicho autor, se trataría de (Marcellesi, 2013: 50):

  • «Proyectar a través de la planificación participativa las evoluciones cuantitativas y cualitativas de los empleos (estimando creaciones y destrucciones de puestos de trabajo según sectores) y las cualificaciones necesarias en este nuevo marco»

  • «Identificar los colectivos más afectados por los cambios estructurales y que necesitan medidas específicas de acompañamiento para su correcta inclusión socio-laboral»

  • Potenciar «políticas activas de formación (formal, informal, continua, profesional, etc.)»

  • Lograr «conciliar la vida familiar y laboral»

  1. «(Re)distribución del trabajo y de la riqueza económica» (Marcellesi, 2013:51): en base a: a) la reducción de la semana laboral; b) la redistribución de la riqueza a partir, principalmente, de una reforma fiscal que implique mayor progresividad, menor tributación del trabajo y mayor tasación a los capitales; y c) la modificación de las políticas en relación a las rentas en base al aumento del salario mínimo (corto-medio plazo), la estipulación de un salario máximo (corto-medio plazo) y el establecimiento de una renta básica de ciudadanía (largo plazo).

 5. El Decrecimiento no significa:

  1. No significa la oposición radical al progreso técnico y científico; no es una teoría tecnófoba:

Desde las teorías del Decrecimiento se aboga por la necesidad de limitar el progreso tecnológico; de revaluar y reorientar la investigación científica y técnica para que ésta sirva como herramienta al servicio del ser humano y de la naturaleza; no al revés. La sociedad debe poder elegir los límites de sus investigaciones científicas, dirigir los objetivos que deban perseguirse y regular y controlar su actividad. Según Latouche debería abandonarse esta fe ciega en la ciencia y el progreso y reorientar su actividad a la sostenibilidad de la vida:

«Se tratará de fomentar, por ejemplo, “la química verde” en lugar de moléculas tóxicas, y a medicina medioambiental en lugar de la genética, de promover la investigación en ecotoxicología, en agrobiología y agroecología, en lugar de la agroindustria (OMG y otras quimeras) […] No faltan investigaciones por hacer, incluso en el ámbito industrial: estudiar la prolongación de la vida de los equipamientos, concebir aparatos por módulos, buscar sistemas de autorreparación, por ejemplo, mediante los software. Aumentar la ecoeficiencia y el ecodiseño de productos: menos materias primas, menos energía, menos residuos, menos contaminación y más eficiencia para las reparaciones, modificaciones y reciclaje» (Latouche 2011:43-44).

«[…] no rechazamos en absoluto el progreso tecnológico que pueda permitir desacoplar parcialmente las cantidades producidas y el consumo de materia y energía: eco-concepción, ecología industrial, reciclaje, etc. Sin embargo, estamos convencidos de que, por sí solos, solo pueden recorrer una pequeña parte del camino hacia una sociedad sostenible» (Gadrey, Marcellesi y Barragué, 2010:71)

«Según Illich (2006), solo una sociedad que acepta poner límites a ciertas técnicas en sus medios de producción tiene alternativas políticas. En esta visión, llama “convivenciales” a las tecnologías que aumentan el espacio de la autonomía y a las sociedades en que la herramienta moderna ya no está al servicio de un cuerpo de especialistas, sino al servicio de la persona integrada en la colectividad, es decir, donde el ser humano controla la herramienta». (Marcellesi, 2013)

Por todo ello no puede afirmarse que el Decrecimiento sea una teoría tecnófoba, no significa volver a la época de las cavernas ni a la era del candil; simplemente significa que debemos ser responsables y conocer las consecuencias de nuestro “progreso técnico” y nuestros hábitos de consumo.

  1. No significa mantener un sistema heteropatriarcal, no es una teoría machista.

El Decrecimiento no es una teoría machista que invisibilice a las mujeres; es una teoría que pone en tela de juicio el modelo heteropatriarcal que define lo que es empleo como trabajo productivista o trabajo remunerado desechando la importancia que tiene para éste el trabajo reproductivo o no remunerado. El Decrecimiento aboga por la consideración del trabajo como empelo de tiempo en una actividad, siendo los cuidados uno de los apartados que con más ahínco se pretende re-valorizar; no manteniendo las desigualdades de género en este sector, sino impulsando la igualdad de valor y de responsabilidad – tanto en hombres como en mujeres – de la sostenibilidad y cuidado de la vida.

  1. No significa austeridad, sino autolimitación

El Decrecimiento aboga por la responsabilidad en los hábitos de consumo y en nuestro modelo de vida, recalcando lo superfluo del consumismo indiscriminado y voraz de nuestras sociedades de mercado. Esta responsabilidad a nivel de compra de bienes y consumo de energía sin límites es bien diferente a la llamada “austeridad” que se pretende imponer en nuestras sociedades mediante el sacrificio de las personas a ver reducidas sus posibilidades de existencia digna y de derechos. La autolimitación no supone austeridad porque ésta última pretende el desvío de fondos destinados a servicios sociales vitales, como la educación y la sanidad, a entidades económicas y financieras que responden ante las leyes de mercado, ante una economía desligada de las necesidades reales de la ciudadanía. El decrecimiento pretende la autolimitación personal en hábitos de consumo de bienes y energías por responsabilidad social y ecológica; no la devastación de derechos fundamentales como alimentación, vestido, vivienda, educación, sanidad, cultura, etc.

  1. No significa utopía

«Uno no solo es realista cuando pinta la realidad que conoce y padece, sino que también es realista cuando pinta la realidad que necesita, porque en la barriga de este mundo hay otro mundo posible» (Eduardo Galeano).

El Decrecimiento no es una teoría utópica, muchas iniciativas colectivas ya están en marcha y crecen cada día más. No obstante, aún son pequeñas islas dentro de la vorágine de un modelo de desarrollo basado en el crecimiento económico que dificultan su puesta en marcha y continuidad, ya que se actúa fuera lo estipulado estructuralmente por un sistema global que no hace sino poner más y más escombros en el camino hacia un cambio REAL del modelo imperante. Que este camino sea largo y escarpado debido a las múltiples trabas que desde el poder económico y político se articulan, no significa que sea imposible ni poco probable una transformación del modelo; significa que es preciso la unidad para fortalecer estas iniciativas y potenciarlas para permitir su crecimiento y su conversión de “islas” a “continentes”. Nadie dijo que una transformación estructural fuese fácil, pero no por ello es pura utopía, es realidad; y esa realidad puede verse reflejada en iniciativas colectivas como:

  • Los huertos comunitarios y urbanos

  • Las cooperativas de consumo agroecológico

  • Los bancos de tiempo

  • Grupos de consumo

  • Las redes de intercambio

  • Los grupos de crianza

  • Las finanzas colectivas

  • El graticiclaje

  • Las cooperativas de energías

  • Las monedas locales

  • Otras muchas más alternativas surgidas de la creatividad de las personas que creen que las cosas deben y pueden hacerse de otra manera.

«Contamos con el número (y, por consiguiente, con las papeletas de voto), y también tenernos imaginación, ideas, propuestas racionales así como la mayoría de las competencias y de los conocimientos científicos; pertenecemos a una multitud abigarrada de organizaciones formales e informales que luchan que luchan por cambiar las cosas […] Colectivamente, incluso tenemos dinero. Lo que nos falta es unidad, la organización que posee el adversario y, casi siempre, la conciencia de la potencialidad de nuestro poder» (Susan George. Ref. en Gadrey, Marcellesi y Barragué, 2013:221)

1 Obsolescencia programada = planificar el fin de la vida útil de un producto de tal modo que al cabo de un período de tiempo programado el producto deba ser sustituido. Esta práctica estimula artificialmente la demanda con fines lucrativos para la empresa ofertante.

2 http://vimeo.com/5279043

Recursos citados:

Gadrey, J., Marcellesi, F., y Barragué, B. (2010) Adiós al Crecimiento. Vivir bien en un mundo solidario y sostenible. El Viejo Topo

Latouche, S. (2012) La sociedad de la abundancia frugal. Contrasentidos y controversias del Decrecimiento. Icaria Antrazyt

Marcellesi, F (2013) La transición ecológica de la economía. (http://es.scribd.com/doc/153542666/La-Transicion-Ecologica-de-la-Economia-Florent-Marcellesi)

 

Necesidad de abogar por la teoría del Decrecimiento: dos razones

1º Razón: Tenemos conciencia de que no nos vale el actual modelo de desarrollo:

¿Cuál es el actual modelo de desarrollo?

El actual modelo de desarrollo se caracteriza por estar basado en el crecimiento económico; crecimiento económico que a su vez está basado en el constante aumento de producción y consumo, que produce empleo. Estos tres términos – producción, consumo y empleo – son los determinantes para el buen funcionamiento del sistema; es la maquinaria que lo mantiene en marcha.

Si falla uno, la rueda se paraliza y el sistema no marcha bien; es en ese momento donde las desigualdades sociales se agudizan y más violentamente se manifiestan. Una sociedad de crecimiento sin crecimiento es un caldo de cultivo para conflictos sociales.

En este sistema y con estos determinantes (producción-empleo-consumo) la salvación de las crisis se visualiza en el crecimiento económico, que se considera ilimitado. No obstante, estas ideas chocan a priori con dos restricciones: 1. los recursos son limitados (por lo que la producción no podrá aumentar siempre) y 2. el nivel de vida (renta o salario) para un consumo constante por parte de la población no está asegurado por la búsqueda incesante de la rentabilidad y el beneficio del capital. Además, la deslocalización de la economía1 y la desterritorialización del sistema de producción2 hacen insegura la idea no ya del pleno empleo, sino del empleo para la mayoría de la población; pues la competitividad entre Estados y empresas por obtener beneficios hacen de las legislaciones laborales un impedimento y del trabajo precario y mal remunerado un incentivo.

El inevitable encarecimiento de las materias primas por su llegada al nivel máximo de su explotación (picos o techos) provocará que grandes sectores de la población no puedan acceder a los recursos necesarios; lo que significa que no pueda mantenerse el nivel de consumo necesario para el buen funcionamiento del sistema. Ello hará que el nivel de producción descienda, que sean necesarios menos empleos (o que éstos sean más precarios) y que aumenten las desigualdades sociales. Por mucho que se abogue por el crecimiento de la producción y de la productividad para potenciar la economía, la realidad es que el agotamiento de las materias primas y las energías fósiles impondrán tarde o temprano otra lógica.

Tal y como apunta Florent Marcellesi (III Encuentro de Decrecimiento y Buen Vivir. Bilbao 2013): “El crecimiento en época de bonanza nos lleva al colapso ecológico; en época de crisis al colapso social”

¿Cómo se mide ese crecimiento económico que propugna el actual modelo de desarrollo?

El indicador que se ha elegido para medir el crecimiento y por ende, el supuesto bienestar de la población, es el Producto Interior Bruto, más conocido por sus siglas: el PIB. Ello significa que si aumenta el PIB se está por “el buen camino”. Pero, ¿qué es el PIB?

PIB = consumo privado + inversión + gasto público + cambio de existencias + exportaciones – importaciones.

¿Y qué queda invisibilizado por el PIB?

1º. La distribución entre la población de las riquezas que contabiliza; por lo que las desigualdades sociales no quedan patentes, no se reflejan en el PIB.

2º. El trabajo no remunerado: el trabajo realizado en el hogar y los trabajos de cuidados a familiares no se contabilizan; así como tampoco cuentan los trabajos realizados por personas voluntarias.

3º. El trabajo en la economía sumergida

4º. La huella ecológica: «la huella ecológica de una población representa la superficie terrestre productiva de suelos y océanos necesaria para proporcionar los recursos consumidos por esta población y asimilar sus desechos y otros residuos» (Mathis Wackernagel).

¿Hay correlación entre el PIB por habitante (PIB/habitante) y el bienestar de la sociedad?

El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en su informe 2007-2008 advirtió que “[…] no existe un vínculo automático entre crecimiento económico y progreso humano”.

En el libro “Adiós al Crecimiento. Vivir bien en un mundo solidario y sostenible” (2010:40-51)de Jean Gadrey, Florent Marcellesi y Borja Barragué se aporta lo siguiente con respecto a este tema:

Satisfacción de la vida: por encima de 15.000 dólares PIB/habitante no hay correlación entre riqueza (PIB) y satisfacción de la vida

Salud: por encima de 18.000 dólares PIB/habitante no hay correlación entre riqueza (PIB) y salud.

Educación: por encima de 12.000 dólares PIB/habitante no hay correlación entre riqueza (PIB) y educación

No obstante, sí que hay correlación entre el aumento del PIB y las emisiones dióxido de carbono (CO2): cuando aumenta en 3.000 dólares el PIB/habitante incrementan las emisiones de uno de los gases más importantes del efecto invernadero en una tonelada.

¿El progreso tecnológico tiene alguna relación con el crecimiento económico?

El progreso tecnológico es uno de los ejes vertebradores del crecimiento económico: el aumento continuo de la productividad se apoya en el conocimiento técnico-especializado, en el progreso tecnológico. Como el aumento de la productividad se supone que produce más empleo y por ello más consumo que permite más aumento de la producción; se entiende que es bueno y deseable el progreso tecnológico, ya que éste aumenta la productividad. Ello parece crear en el ambiente la creencia de que todo lo que se puede realizar técnicamente es aceptable y que opinar lo contrario es un atentado contra el progreso. Además, en el imaginario colectivo se crea la idea de que la ciencia y la tecnología podrán poner remedio o al menos superar los problemas ecológicos y sociales que se vayan planteando y a los que hay que hacer frente; se cree, en definitiva, que la ciencia y la tecnología pondrá resolver cualquier situación que se presente; reina la idea de la tecnociencia como salvadora de la humanidad. Esta idea es la que se defiende desde el llamado “Crecimiento Verde”, “Desarrollo Sostenible” y “Economía Verde”. No obstante, el no cambiar el modelo de producción y consumo mantenido en el Norte Global no llevará más que al colapso energético, climático y alimentario cuyas consecuencias sociales y ecológicas no serán capaces de solucionar los avances científicos por una cuestión geofísica: solo disponemos de un planeta.

Pero, ¿cuáles son las consecuencias del progreso tecnológico sin límites?

  • Riesgos de catástrofes ambientales y riesgos para la vida y la salud.

  • Desconocimiento de las consecuencias a medio y largo plazo de los descubrimientos y avances en la tecnociencia

  • Efecto rebote: «las disminuciones del impacto y contaminación por unidad se encuentra sistemáticamente anuladas por la multiplicación del número de unidades vendidas y consumidas” (Latouche)

  • Concepción de naturaleza como objeto que es capaz de suplantar la tecnociencia

2º Razón: Tenemos conciencia de que estamos en un momento de crisis sistémica:

La diversidad de crisis interrelacionadas que se han venido manifestando refleja que el actual modelo de desarrollo y sus parches son insostenibles ecológica y socialmente. Cuando hablamos de crisis sistémica nos referimos a una crisis que se extiende a todos los aspectos de la vida

  • Crisis económica y financiera

  • Crisis social: desigualdades sociales provocadas por la polarización de la sociedad en función de una escala universal, el nivel adquisitivo, así como por la capacidad de éste para hacer acceder a bienes y servicios necesarios y superfluos. Exclusión social en función del nivel de capital, lo que supone que ausencia de trabajo signifique ausencia de sueldo y pérdida del poder de consumo. Esta pérdida del poder de consumir nos conduce a la exclusión social en un mundo mercantilizado. La actual crisis social se caracteriza, sobre todo, porque las rentas del trabajo han quedado mermadas a favor de las rentas del capital, han crecido las desigualdades entre las diferentes rentas de trabajo y hay un paro masivo con un aumento del trabajo precario.

«Ya estamos en una desigualdad insultante. Menos del 20% de la población mundial consume el 86% de los recursos del planeta» (Latouche, 2011:111)

  • Crisis de cuidados: la incorporación de las mujeres al trabajo remunerado ha creado la imposición de dobles jornadas: el empleo y el trabajo doméstico y de cuidados. La conciliación de la vida familiar y laborar (tanto de hombres como de mujeres) se hace extremadamente complicada cuando debe dividirse el tiempo entre trabajo remunerado y no remunerado (así como el tiempo que se pierde en los desplazamientos); lo que causa dificultades a la hora de afrontar el cuidado de los hijos y otros familiares. La privatización de estos servicios sociales, así como el desmantelamiento de los servicios públicos, agrava fuertemente esta situación.

  • Crisis ética: se conoce como crisis de valores; y parece basarse en la idea de que actualmente se cree que se es lo que se tiene y el cargo que se ostente en el empleo.

  • Crisis democrática: el poder político está al servicio de la dictadura de los mercados en el que el capital financiero controla la economía real.

  • Crisis ecológica: hemos superado o estamos a punto de superar la sostenibilidad del planeta. La huella ecológica señala que son necesarios más de un planeta (que no tenemos) para mantener el nivel de vida actual del Norte Global. La crisis ecológica de la que hablamos engloba: la crisis alimentaria, la crisis climática, la pérdida de la biodiversidad, la superación de los umbrales de sostenibilidad y pronta llegada a los techos de recursos disponibles.

Umbrales de sostenibilidad superados:

Otros umbrales a punto de superarse:

Techos de recursos

emisiones de gases de efecto invernadero (desde hace 50 años)

Acidificación de los océanos o de disminución del ozono de la estratosfera

Petróleo: va a disminuir inmediatamente y su precio se disparará

umbral climático

Disminución de las tierras agrícolas

Plomo: los yacimientos explotables a un costo admisible se agotarán hacia 2030

el ritmo sostenible de reducción de la biodiversidad

Degradación de los bosques

Plata: se prevé su agotamiento entre 2021 y 2037

el ritmo sostenible de nitrógeno extraído a la atmósfera

Cobre: se agotará hacia 2040

Uranio: se calcula que se agotará entre 2025 a 2060

Níquel: se agotará hacia 2050

Hemos llegado a la conclusión que crecimiento por y para crecer no nos vale. Consumir para trabajar y trabajar para consumir y así poder producir y trabajar NO nos hace felices:

El vivir para trabajar y trabajar para consumir ya no nos vale; lo que nos vale es poder vivir de manera digna, plena y justa. Lo que el modelo de desarrollo actual propugna es la economización de la vida basado en el crecimiento económico; y lo que la alternativa a este modelo defiende, el Decrecimiento, es la relocalización de la economía al servicio del bienestar de la vida, no del capital.

La pregunta que se plantea desde el Decrecimiento es: ¿Por qué, para qué, hasta dónde y cómo producimos, consumimos y trabajamos? (Marcellesi, 2013)

1 Deslocalización de la economía: traslado de la cotización de un valor desde el mercado financiero de su país de origen a otro mercado exterior a éste donde se obtienen mayores beneficios.

2 Desterritorialización del sistema de producción: traslado de los centros de trabajo por parte de una empresa a uno o varios países donde el coste de la mano de obra es menor y la legislación laboral y ambiental es más flexible para obtener mayores beneficios. Esta práctica fomenta la destrucción del medio ambiente y la explotación de las personas.

 

 

¿Qué es el Decrecimiento?

 1. Concepto y definición

¿Qué entiende la gente a primera vista cuando lee decrecimiento?

El prefijo de- “denota privación o inversión del significado simple” según la Real Academia de la Lengua Española; ello significa que a primera vista lo que se entiende por decrecimiento es vacío de crecimiento, por lo que convencionalmente se tenderá a entender el decrecimiento como no-crecimiento. No obstante, este significado del concepto no está acorde con la definición que tiene el Decrecimiento.

Si buscamos dicha palabra en una de las herramientas más utilizadas por la colectividad, la Wikipedia, encontramos la siguiente definición:

«El decrecimiento es una corriente de pensamiento político, económico y social favorable a la disminución regular controlada de la producción económica con el objetivo de establecer una nueva relación de equilibrio entre el ser humano y la naturaleza, pero también entre los propios seres humanos. Rechaza el objetivo de crecimiento económico en sí del liberalismo y el productivismo; […] La investigación se inscribe pues en un movimiento más amplio de reflexión sobre la bioeconomía y el postdesarrollo, que implicaría un cambio radical de sistema».

¿Cómo podemos definir el decrecimiento?

«El proyecto de decrecimiento es un proyecto político, no un programa político, y consiste en la construcción, tanto en el Norte como en el Sur, de sociedades convivenciales autónomas y ahorrativas, donde se replantee el sistema de producción, qué, cuánto, para qué, dónde y cómo producimos; la distribución, el consumo y los residuos» (Mugarik Gabe)

«El decrecimiento es una gestión individual y colectiva basada en la reducción del consumo total de materias primas, energías y espacios naturales» (Vicente Honorant).

«A menudo me encuentro con personas que interpretan que el decrecimiento es, sin más, un proyecto de cambio individual que aspira a reducir los consumos y estimular la vida social. Es mucho más que eso: propone, por ejemplo, rebajar el peso de los sectores de la economía que están en el origen de la expansión de la huella ecológica, reducir el tamaño de la mayoría de las infraestructuras, recuperar la vida local, abrir espacios de autonomía desmercantilizados, repartir el trabajo y expandir las prácticas autogestionarias en un escenario de resdistribución de la riqueza. Reclama, en otras palabras, salir del capitalismo sobre la base de la convicción de que podemos vivir mejor con menos». (Carlos Taibo)

«El decrecimiento, como tal, no es verdaderamente una alternativa concreta; sería, más bien, la matriz que daría lugar a la eclosión de múltiples alternativas. Evidentemente, cualquier propuesta concreta o contrapropuesta es a la vez necesaria y problemática» (Serge Latouche).

«El término provocador de decrecimiento, como movimiento aglutinador de objetores y objetoras del crecimiento, pretende denunciar la inviabilidad de la sociedad basada en el crecimiento económico y colocar en el centro el “Vivir mejor con menos”, disminuyendo la extracción de recursos, la generación de residuos, las desigualdades…basándose en criterios de justicia social y ecológica». (Ecologistas en Acción)

  1. Advertencias con el concepto y definición de Decrecimiento

El término Decrecimiento es un concepto controvertido, de cierto calado economicista y un tanto ambiguo. Se trata de un concepto controvertido porque pretende ser provocador, es decir, pretende despertar el debate; es un “eslogan político” según Latouche. Este intento provocador de suscitar debate nada más visualizar el término hace que el mismo adquiera un matiz economicista para provocar reacción. Decimos que es economicista porque “crecimiento” (referido a crecimiento económico) es parte del propio término, al que se le coloca un de- como prefijo para expresar que es “lo contrario”, es decir, “vacío de crecimiento”. No obstante, como se ha visto, la teoría del Decrecimiento va más allá de la mera economía para tratar de forma holística e interrelacionada la economía, la sociedad y la ecología; por ello es un proceso o un proyecto político, no un mero programa. Es un término un tanto ambiguo pues, como veremos más adelante, no implica como a cierta vista parecería un de-crecer en todo, ya que hay que crecer en muchos aspectos.

Por otro lado, se debe entender el concepto de Decrecimiento como término que se utiliza para designar una propuesta alternativa al modelo único de desarrollo; ello significa que otras propuestas son igualmente legítimas por no haber un modelo (una recta) superior o mejor a otro que deba imponer una visión de lo que es una buena vida o una vida plena.

Esto supone que las teorías que se proponen tanto en el llamado Norte como en el llamado Sur, no sean aplicables como axiomas matemáticos; ya que cada región o comunidad tiene unas características históricas, económicas, sociales, culturales, políticas y ecológicas en el que el concepto “buena vida”, “vida digna”, “vida plena” y “vida justa” se llena de contenido.

«Para esos países se impone, en la percepción de S. Latouche, un listado diferente de “re“: romper con la dependencia económica y cultural con respecto al Norte, reanudar el hilo de una historia interrumpida por la colonización, el desarrollo y la globalización, reencontrar la identidad propia, reapropiar ésta, recuperar las técnicas y saberes tradicionales, conseguir el reembolso de la deuda ecológica y restituir el honor perdido» (Carlos Taibo1)

Para no llevar a confusión es necesario tener claro que:

    • Nada de lo dicho supone caer en el relativismo cultural; lo que significa es el deber de atender al contexto y a las especificidades de cada pueblo, país o comunidad y no pretender imponer un remedio universal; una teoría válida para todas las personas, un modelo de vida único.

    • No querer imponer un único modelo alternativo –sino valorarlo como una propuesta más dentro de un conjunto más amplio de propuestas al modelo único de desarrollo– no significa que debamos mantener una actitud pasiva ante la situación del Sur Global2. De hecho, el control del consumo y la producción en el Norte Global3 es un acto de responsabilidad y coherencia contra la maquinaria que hace posible las desigualdades existentes.

    • Que las circunstancias históricas, económicas, culturales, sociales y ecológicas de cada país, región o comunidad sean diferentes no significa que sea impensable su hibridación; es de hecho deseable el intercambio de experiencias y puntos de vista que puedan nutrir el debate y las alternativas que éste presente.

Finalmente, el proceso de Decrecimiento, así como sus teorías, debe cuidarse de no caer en la especialización del lenguaje y de métodos academicistas en su forma de exposición. Una excesiva especialización del discurso puede provocar el rechazo de sectores que no manejen ni en su vida ni un su lenguaje cotidiano ciertos términos y formalidades. Ello significa que:

    • El Decrecimiento debe debatirse de acuerdo a los interlocutores y a su manejo de términos técnicos y economicistas.

    • No puede plantearse un discurso de Decrecimiento que solo pueda ser entendido por especialistas; debe ser un discurso accesible a la comunidad en su conjunto donde los términos técnicos no se den por sabidos. El decrecimiento debería además de cuantificar, narrar.

2 Sur Global = manteniendo aún la dicotomía del Sur como Pobre, y el Norte como Rico, se utiliza el Sur Global como referencia del Sur no geográficamente determinado, sino económicamente determinado; lo cual hace referencia a las personas explotadas tanto en “países ricos” como en “países pobres”; el Sur está en todo Norte, y el Norte en cada Sur.

3 Norte Global: se utiliza el Norte Global como referencia del Norte no geográficamente determinado, sino económicamente determinado; lo cual hace referencia a las personas ricas tanto en “países ricos” como en “países pobres”; el Norte está en todo Sur, y el Sur en cada Norte.